El TOC difiere en función de los tipos de rituales (compulsiones) que cada persona realiza. Existe diferentes tipos:
-Los que se lavan o limpian. Las obsesiones se centran en la contaminación, suciedad o temas similares. Puede existir miedo a contagiarse de una enfermedad o bien darse en forma de pensamientos. Se ponen en marcha toda una serie de conductas ritualistas como lavarse las manos X veces, desinfectarlas con ciertos productos, etc. Como resultado de estas conductas pueden aparecer problemas dermatológicos. No es extraño que estas personas pidan a sus familiares que realicen conductas semejantes de “desintoxicación”.
-Los que comprueban: este tipo de conductas se centran en comprobaciones para que no suceda una catástrofe: comprobar que la bombona del gas esté cerrada, el calefactor apagado, etc. Por el miedo a que les roben también pueden comprobar que las puertas y ventanas estén cerradas
-Los que ordenan: estas personas consideran imprescindible que todo esté ordenado o arreglado en su sitio. Normalmente suelen buscar la simetría.
-Los que repiten: las obsesiones se centran en que va a suceder una catástrofe, normalmente que la gente querida tenga un accidente o sufra una enfermedad.
-Los que acumulan: las obsesiones se relacionan con el temor a tirar algo importante que en el futuro puedan necesitar. Las compulsiones consisten en acumular, almacenar y guardar objetos que normalmente no tiene sentido conservar.
-Los que se aseguran de no hacer daño: las obsesiones se refieren a hacer daño a ciertas personas o a uno mismo, sobretodo a personas desvalidas, niños o ancianos. Pueden aparecer de forma imperativa (“golpéalo”) o en forma de pregunta (“¿Y si lo tirara por la ventana?”). Este tipo de pensamientos provoca un malestar muy intenso, además de una gran culpabilidad. Dentro de este tipo de obsesiones se encuentra la de agredir sexualmente a una persona, ante lo cual la persona actúa no teniendo contacto con ella. Dentro de esta categoría también se puede incluir el impulso de suicidarse.