Hola a los usuarios de psicología práctica.
Supero ya por algunos años la treintena (no creo que sean muchos) y ya estoy divorciada ¡dos veces! No tengo niños, menos mal.
Mis matrimonios se han roto por causas diversas pero si algo me ha quedado claro con todo ello es que los hombres no tienen solución. De jovencita siempre pensé (o igual me inculcaron eso) que era bueno tener a tu lado alguien afín, un compañero del que sentirse orgullosa, con el que poder compartir cosas (no todo pero sí lo más importante) y al que poder admirar.
Mi aspecto es bastante juvenil y es probable que transmita mucha vitalidad. Me gusta vestir bien, arreglarme, disfrutar de mis aficiones, bailar, reír, etc... Y eso hace que los hombres se fijen más de la cuenta en una pero yo soy muy fiel y no considero la belleza de mi pareja como el factor más importante a la hora de elegir estar con alguien ni tampoco la edad (uno de mis maridos era doce años mayor que yo). Pero por lo que he podido comprobar ya en dos ocasiones formales y en alguna otra "informal" (novios), hay una falta total de respeto y de seriedad por parte de ellos, de compromiso y de falta de claridad en sus ideas: son celosos a más no poder cuando al comienzo de la relación (hasta que te pillan) no se muestran así ni por asomo: vamos, que fingen ser quienes no son en realidad. Empiezan a prohibirte hacer cosas (¡increíble!): ellos pueden estar con su porquería de fútbol o sus cervezas con sus amigotes haciendo el burro o mirando a la rubia de pechos grandes de la esquina del bar y a ti te prohíben ir a la playa y querer broncearte más y no ponerte biquini de arriba, por ejemplo. Incluso se permiten el lujo de serte infiel (el otro me engañó). Con todo esto casi me pregunto si no sería mucho mejor entablar relaciones familiares con una mujer porque con los hombres yo ya no puedo. Gracias.